Quererte es como ponerse a uno mismo una bomba en el corazón. Sea como sea, en algún momento explotará y se encargará de dejarme el corazón reducido a polvo y cenizas. Y dolerá, y te odiaré, y volveré a pasar por lo mismo otra vez. Pero algo he aprendido de tantas explosiones, y es que al menos debería disfrutar mientras el temporizador corre.
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